El origen de una de las fiestas más importantes de nuestra ciudad, la del Día de la Cruz, que se celebra el 3 de mayo, tiene que ver con un milagro atribuido a la religiosa Sor María de la Cruz Baeza, natural de Belmonte, Cuenca, que nació el 5 de abril de 1684.
Esta religiosa protagonizó el milagro de la Virgen de la Pera. De forma aparentemente fortuita, camino de Cehegín, llegó a Hellín. A pesar de que tenía una incurable enfermedad que deformó su cuerpo tomó el hábito de la Tercera Orden Franciscana, eligiendo el nombre de María del Niño Jesús, aunque, como señalaba el cronista Emiliano, como firmaba sus trabajos, aparece inscrita como María de la Cruz. Así ingresa en el monasterio de Santa Clara, donde realiza numerosas curaciones. Por el autor de tantas crónicas de nuestra historia sabemos del milagro que tuvo lugar en la Iglesia Arciprestal de Hellín:
“… su primera visión, antes de entrar en el Monasterio la tuvo en el templo arciprestal de Hellín ante la imagen de la Virgen de la Pera, que presidía el retablo mayor. Al suplicarle protección, vio cómo la sagrada imagen le volvía sonriente los ojos y le dio a su divino Niño, para que lo tuviese en sus brazos y la consolase.
Sus elevaciones del suelo eran frecuentísimas, así como sus momentos extáticos. En una ocasión llegó a estar once días seguidos en estado de éxtasis, apreciándosele sólo la respiración y el pulso. En ese estado llegaron los médicos incluso a sangrarla, y su sangre -dicen- brotó como de una persona sana y robusta”.
Cuando los hellineros supieron que una plaga de langostas estaba arrasando los cultivos que encontraba a su paso, y ya que esto era su sustento básico para sobrevivir, al tiempo que sabían que se encontraba ya cerca de nuestra ciudad, pidieron la ayuda a esta monja, que se encontraba en el convento de las monjas claras. Eran muy conocidas sus extraordinarias facultades místicas, así que le pidieron protección, y les ayudó dejándoles un crucifijo para que pudiera parar el avance de tan temida plaga. Una gran multitud de personas se encaminó hacia el Calvario, por el Camino de las Columnas, y la cruz se puso en el lugar en el que la monja había indicado. Milagrosamente, la plaga detuvo su avance, cambió de dirección y pasó lejos de Hellín, que se libró de esta calamidad que les hubiera dejado sin sustento, condenando a la población a pasar hambre.
Este milagro tuvo lugar a mediados del siglo XVIII y se anunció con repiques de campanas, volteándolas en señal de inmensa alegría y triunfo. Y como recuerdo de tal acontecimiento se edificó, en acción de gracias, la ermita de la Cruz de la Langosta, de la que ahora tan sólo se pueden ver las ruinas.
Mucho después, en agosto de 1885, se utilizó como lazareto a causa de una epidemia de cólera que afectó a la población, y llegó una nueva plaga de langosta. Los hellineros creyeron que era un castigo divino por haber hecho un mal uso del enclave sagrado y la desalojaron. Automáticamente desapareció la plaga, lo que aún les hizo creer en la manifestación de un auténtico milagro.
Los rituales de origen pagano de exaltación de la naturaleza en primavera, con ritos de fertilidad, unidos en el tiempo al milagro citado, pudieron originar un sincretismo religioso que generó una de las fiestas más arraigadas entre los hellineros, la del Día de la Cruz, que se celebra el 3 de mayo. Consiste por una parte en salir al campo de merienda, y por otra en el concurso de cruces infantiles, los niños lleven pequeñas andas con cruces de madera, como si fueran pequeños pasos, que se adornan con flores. Este concurso tiene lugar en el jardín de Martínez Parras.
Desde hace un par de años el jardín de Martínez Parras es decorado y adornado por diversas cruces, flores, macetas,... en la ornamentación de este jardín colaboran entre otras entidades con el Ayuntamiento y con la Concejalía de Festejos la Asociación de Amas de Casa, Flampahe (Federación de asociaciones madres y padres de Hellín), FAVE( Federación de Asociación de Vecinos de Hellín y pedanías), Asociación Cultural de Hellín. Además, se puede disfrutar de una actuación de la rondalla de nuestra localidad y todo ello, acompañado durante toda la mañana de una degustación de la gastronomía típica de nuestra localidad como son las habas, el aguamiel,... Por la tarde, partiendo del Camino de las Columnas, se realiza una romería hacia La Cruz de la Langosta, donde se celebra una Misa de Campaña.
Programación 2017:
11:00h Concurso de Cruces
11:30h Degustación de Productos Típicos
12:00h Actuación de la Rondalla Esparto y Olivo
12:30h Entrega de Premios del Concurso de Cruces